Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de diciembre de 2018.- Apena en septiembre pasado en este mismo espacio, consignábamos que un estudio del Massachusetts Institute of Technology y de Yale University estima que los indocumentados mexicanos en el país serían entre 22.1 y hasta 24 millones en lugar de los entre 11 y 12 millones del estimado oficial de ambas naciones, que dicho sea de paso, es la base para la ejecución de las ecuaciones que determinan muchas cosas, entre ellas, impuestos, comisiones a remesas, presupuestos y número de programas entre otros.
El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador en su mensaje a la nación el sábado pasado al citar las múltiples acciones que impulsará su nuevo gobierno democrático, tocó el siempre manipulado pero olvidado tema de la migración mexicana a los Estados Unidos. En ese mensaje demostró estar bien informado al citar la cifra que arriba mencionamos, dejando claro que todo diseño de acción gubernamental, al menos mexicano, deberá partir de ese número.
Este fenómeno confirma también los números que un reciente estudio del censo estadounidense ha arrojado y que contempla que hoy día, cerca del 14% de la población de Estados Unidos nació en el extranjero. Esto representa un aumento marcado en relación a la cifra histórica de menos del 5% en 1970, pero es similar al porcentaje que había entre 1870 y 1910.
Después de la ola migratoria que llegó de Europa hacia finales del siglo XIX, la inmigración cayó dramáticamente, de cerca de un millón al año en 1910 asolo 165.000 en 1924. Esto se debió mayormente a los límites establecidos al número de inmigrantes de países específicos, aunque también influyeron la convulsión económica tras la Gran Depresión y las dos guerras mundiales.Durante la segunda mitad del siglo XX se subieron las cuotas y se introdujeron políticas de reunificación familiar.
En 1986 se otorgó una amnistía a muchas personas que vivían en EE.UU. sin documentos. Hoy, la cantidad de población nacida en el extranjero varía según la zona del país: desde menos del 5% en el sureste y medio oeste, hasta más del 20% en California, Florida, Nueva Jersey y Nueva York.
Pese a que el número de inmigrantes que está llegando ahora a EE.UU. es la mitad de lo que se veía en 1900, la cantidad de personas nacidas en el extranjero en el país es similar. En EE.UU., el motivo por el que está creciendo la proporción de personas nacidas fuera del país no se debe simplemente a que está llegando más gente, sino también a la caída del índice de natalidad en la población nativa.
Desde los años 60, el promedio de niños que tienen las mujeres en EE.UU. como promedio cayó de 3,7 a 1,8 por mujer. Esto generó una caída en el número de personas de la categoría“edad laboral plena” (entre los 25 y los 54) nacidos de padres nativos. Encontraste, la población de inmigrantes y sus hijos continuó creciendo.
La mayoría de los inmigrantes entraron al país de forma legal. En 2014, el 44% de la población nacida en el extranjero obtuvo la nacionalidad estadounidense. Otro 27% tiene un permiso de residencia permanente (Green Card) y un 4% es residente temporal, con autorización para vivir en ese país. Cerca de uno de cada cuatro inmigrantes —o 11,1 millones de personas— está viviendo en el país sin autorización legal.
Esta proporción ha caído después de una drástica disminución en la inmigración sin permiso neta de 500.000 al año a comienzos de 2000, a casi cero desde 2009. En 2017, uno de cada 10 inmigrantes era de Europa, comparado con nueve de cada 10 en 1910.
Se estima que cerca del 75% de los migrantes no autorizados han vivido en EE.UU. por más de 10 años. Menos de uno de cada cinco tienen menos de 24 años, y se calcula que tres de cada cuatro tienen entre 25 y 54 años. Cerca de 800.000 personas que entraron a EE.UU. de forma ilegal han solicitado un estatus legal parcial temporal. Estos son los llamados “dreamers”, cuyo estatus legal ha sido puesto en duda por los cambios en las políticas introducidas por el gobierno de Trump.
En síntesis, el nuevo e inédito gobierno de izquierda en México, comienza bien para los migrantes al citar correctamente y sin maquillajes ni tapujos, la cantidad real de migrantes mexicanos en el vecino país del norte, así como también abiertamente mencionó el enorme esfuerzo de la comunidad migrante por aportar uno de los grandes pilares de la economía nacional, las remesas del orden de 30,000 millones de pesos anuales.