Por deslaves activan plan DNIII-E en Tenango de Doria
En diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una estrategia para disminuir el robo de combustible, conocido como huachicoleo, la cual consistió en desplazar la gasolina a través de camiones cisterna, en lugar del sistema de oleoductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Esa medida, ocasionó el desabasto de combustibles en cientos de gasolineras, filas kilométricas en los expendidos para abastecer vehículos y compras de pánico de los automovilistas.
El 10 de enero de 2019, en su conferencia mañanera, López Obrador anunció que se reforzaría la vigilancia en los ductos de Pemex, mientras automovilistas continuaban con las largas filas para cargar combustible ante la escasez que provocó la estrategia.
«Desde luego van a continuarse los repartos, el abasto a gasolinerías con pipas (camiones cisterna) y poco a poco vamos a ir normalizando la situación», se lee en las versiones estenográficas de la mañanera de ese día.
Para contener el robo, el presidente ordenó el cierre de los ductos que distribuyen gasolina y comenzó a distribuir el combustible en camiones cisterna.
El 18 de enero de 2019, en Tlahuelilpan, se registró la fuga de gasolina en el kilómetro 226 del oleoducto que corre del puerto veracruzano de Tuxpan a la ciudad de Tula.
La versión gubernamental señala que fue ocasionada por la instalación rudimentaria de una toma clandestina en el ducto de 14 pulgadas de diámetro con la finalidad de extraer ilegalmente el combustible.
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