Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Cuenta el aludido que allá en los 70, sus padres lo persuadían a buscar trabajo para apoyar la economía familiar y cuando éste preguntó, con un tono de inocencia ¿dónde?
Sus padres les respondieron: aunque sea de periodista, en lo que encuentras algo mejor.
No es una fábula, es real y el aludido hoy dirige un importante diario de la capital hidalguense, pero no quiere que su nombre se conozca. Y eso se respeta.
El periodismo es tan noble, que hasta los periodistas lo pueden ejercer.
Otra de las miles de frases que buscan reflejar el momento que durante su historia ha vivido el periodismo en el mundo, ese que los políticos y los poderosos señalan que es indispensable en el desarrollo de las sociedades, pero que cada que tiene oportunidad hacen todo por acallarlo o, por decir lo menos, manipularlo a su favor.
Alejandro Gálvez, entusiasta periodista hidalguense, rudo en sus análisis sobre los acontecimientos cotidianos de la entidad, hace cuatro años se echó a cuestas la empresa casi utópica de unir a los periodistas en una organización que le dé sentido a la búsqueda del profesionalismo, a la lucha en defensa de su derecho a informar y hasta para frenar las agresiones cuando éstas ocurran.
En esa quijotesca lucha, ha sumado las voluntades de entusiastas y reconocidos periodistas locales, como Bertha Alfaro, Mireya Borrego, Joel Sánchez, Armando Loaiza, Alberto Witvrun, y otros jóvenes animosos más, quienes hoy, a propósito de la Cuarta Semana del Periodismo, que se celebra anualmente, y tuvo como sede el museo del fútbol, anunciaron la creación de la Asociación Civil, que tiene como propósito, precisamente, el de colegiar los esfuerzos aislados de los comunicadores en la entidad.
La historia nos dice que esos esfuerzos, que surgen sin mácula y con nobles propósitos, finalmente se tuercen, se prostituyen y son aprovechados para fines personales de quienes los impulsaron en su momento.
Alejandro Gálvez, está hecho de otra forma, en otro molde y se le conoce por su compromiso con el derecho a informar y estar informados, con los riesgos que eso implica, por eso, quizá, el “se equivocan” lanzado a los poderes establecidos que hacen todo por impedir el derecho a la información y quieren hacer de los medios y los periodistas “sus voceros”.
Humberto Mussacchio, histórico periodista de la Jornada y un hombre congruente con el decir y el hacer, maestro de muchas generaciones, advierte sobre el riesgo de fenecer de los medios impresos ante la acometida de “las benditas redes”, que cuales viles aves de rapiña, roban el esfuerzo de los medios impresos y los periodistas. “¡Que paguen por ello!” demandó y al mismo tiempo llamado a la unidad de los periodistas para defender sus espacios de trabajo y su subsistencia.
En el cómodo auditorio, estuvieron presentes: Simón Vargas Aguilar, secretario de Gobierno; Julio Menchaca Salazar, senador de Morena; Israel Félix Soto, presidente municipal de Mineral de la Reforma; Magda Yanet Herrera Meneses, presidenta del Tribunal Superior de Justicia; Azael Hernández Cerón, presidente de la junta de gobierno del Congreso del Estado; Luís Jaime Osorio Chong; y Martín Peláez, presidente del Club Pachuca, quien facilitó las instalaciones para el evento.
Los antes mencionados, son, todos ellos, hombres y mujeres de poder, con pretensiones políticas y no sabemos bien a bien, si se dieron por aludidos con el “no se equivoquen” o como dijo diplomáticamente, Simón Vargas, que el de Omar Fayad es un gobierno “abierto, transparente y coordinado, donde la comunicación ha sido el eje central”.
Ah, de la unidad en el gremio…